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ARBOL GENEALOGICO DE LA FAMILIA VEINTIMILLA

Author: Teodoro Albornoz /


Del prolijo estudio que el infrascrito ha hecho en los numerosos instrumentos públicos que tiene en su poder por razón de institución de Capellanías, a favor de la familia Veintimilla y nó Vintimilla, acerca de los fundadores y fundaciones de Capellanías, se viene en conocimiento: que en el año de 1634, fecha en la que empieza las primeras fundaciones, son tres las familias que emparentadas entre sí forman el árbol genealógico de dicha familia.- Estas familias son: la familia Veintimilla, la familia Ambulodi, la familia García de Medina.

En efecto: por el testamento del Capitán Martín Ambulodi, otorgado el 4 de Octubre de 1634, en la ciudad de Cuenca del Perú, ante el Escribano Público, Juan del Carpio y testigos Pedro Diego del Carpio, presbítero y Capellán del Monasterio de la Concepción, Toribio Veintimilla Pérez Eraz, Juan Benito de Heredia y Pedro Rodríguez Maldonado, sabemos que don Martín Ambulodi es hijo legítimo de don Esteban Ambulodi y Magdalena de Villaruel, vecinos de Biarzón en la Provincia Vascongada de Guipuzcua.

Del juicio seguido por Don Jacinto Veintimilla y Piedra, contra el Dr. Don Manuel Antonio Veintimilla, Presbítero y abogado de la Real Audiencia de Quito, por colosión de Capellanías fundadas por su tío, el presbítero Don Marcial de Veintimilla y Medina, se sabe que el Capitán Don Bernardino de Veintimilla y Surita es abuelo de dicho Don Marcial, Don Bernardino hijo de Don Toribio y Ana Zurita; y que éste a su vez tiene por padres legítimos a Don Andrés de Veintimilla y María Pérez Eraz, naturales de Soria en Castilla la Vieja.

La familia García de Medina, según el testamento y el codicilio otorgado en Quito por dicho Don José, parece ser de dicha ciudad.

Hechas estas advertencias, los expedientes manifiestan que el Capitán don Martín de Ambulodi y su esposa doña María Vélez tuvieron por hijos a don Martín Segundo, a doña Angela esposa del Capitán don José García de Medina, a Magdalena de San Ignacio e Isabel de Santa Gertrudis, monjas profesas en la Concepción, y a doña Ursula esposa de don Jacinto Espinoza de los Monteros.

Dicho don Martín, funda un vínculo o patrimonio de dos mil patacones a favor de sus hijas monjas, para que con sus réditos se ayuden en sus necesidades; y ordena al mismo tiempo que a la muerte de ellas se funde una Capellanía de misas, por el bien de su alma, la de su esposa, la de sus padres y nombra de patrones y capellanes a su yerno don José y a su hija doña Angela, con la condición de que ellos a su vez, nombren patrones y capellanes entre los individuos de su familia.

El Capitán, don José García de Medina, tiene por hija a doña María; y en virtud de testamento y codicilio otorgados en Quito en 14 de Julio de 1675 ante el Escribano de su Majestad, Pedro Humanes Guisado, y testigos don Pedro Maldonado de Mendoza, Pedro de Torralba, y José Alvarez, confiere poder a su esposa doña Angela y a su yerno don Lorenzo de Pereda, que se había casado con su hija doña María, para que a su muerte establezcan una Capellanía de misas, por el valor de tres mil pesos; y a este efecto nombre de patrones y capellanes a los hijos de don Lorenzo de Pereda y de doña María García, prefiriéndose el mayor al menor, el varón a la hembra, y ante todos, el primero que fuese ordenado sacerdote. Si dichos sus hijos no tuvieran descendencia quiere que lo sean los hijos de don Jacinto Espinoza de los Monteros, esposo de doña Ursula. En caso de que este matrimonio tampoco tuviera hijos los nombrará su esposa doña Angela a su voluntad, pero dentro de los de su misma sangre.

A poco tiempo, muere don Lorenzo de Pereda sin dejar descendencia, y doña Angela hallándose enferma de muerte usa de esta facultad y nombra en 23 de Abril de 1685, de patrón y capellán a su primo don Bernardino Veintimilla y Surita y a su hija viuda doña María, a quienes les confiere además poder para testar, nombrándoles de albaceas ante el escribano Francisco Bermeo de Jáuregui y testigos Sargento Mayor Antonio de la Piedra, Bartolomé Crespo, Francisco de Rojas y Francisco Suárez de Velasco.

Doña María García de Medina y el Capitán don Bernardino de Veintimilla, Teniente General de su Majestad y Corregidor en esos tiempos en esta ciudad, dan cumplimiento como albaceas testamentarios a lo ordenado por doña Angela de Ambulodi, y en 22 de Junio de 1685 ante el mismo escribano Francisco de Jáuregui, y testigos Esteban de Ortega, Antonio de Quezada, Alonso de Ibarra y Francisco Suárez de Velasco, fundan la Capellanía de misas, con los dos mil pesos, dejados por el Señor Ambulodi a sus hijas religiosas Magdalena e Isabel en el Monasterio de la Concepción.

Dicha Capellanía de misas, servirá en bien del alma de los finados Jacinto Vázquez Espinoza de los Monteros y Ursula Ambulodi padres de dichas religiosas y el alma de más parientes. Nombran por Capellán a su sobrino don Marcos de Veintimilla, hijo legítimo de don Bernardino de Veintimilla Surita y de doña Antonia Vázquez Espinoza de los Monteros. Manda en su testamento que pagados todos sus legados, gastos de funerales se entreguen a su hija doña María todos sus bienes como a heredero universal y que su cuerpo sea sepultado en la Iglesia de la Compañía de los Padres Jesuitas.

Doña María García de Ambulodi, durante este lapso de tiempo, se había nuevamente casado con el Capitán Antonio Benedicy Urruytinedt, pero viuda otra vez sin descendencia, llega al fin a sus días y confiere poder para testar al Capitán don Bernardino de Veintimilla su tío. Nombra de albacea testamentario a dicho don Bernardino, en 3 de Diciembre de 1686, ante el mismo Escribano Francisco Bermeo de Jáuregui y testigos Juan Ortiz de Luzuriaga, Carlos de Espasa Arellano y Francisco Alvarez de Lazo. Ordena que se la sepulte junto al sepulcro de su madre, en la Iglesia de la Compañía.

El Capitán don Bernardino de Veintimilla y doña Antonia Vázquez Espinoza de los Monteros, han tenido por hijos legítimos a Ignacio, José, Antonio y Marcos. Este como mayor fue nombrado patrón y capellán de dicha Capellanía, con facultad de nombrar otros entre los individuos de su familia. Que mientras don Marcos se ordene de Sacerdote, nombra a don Antonio de Veintimilla Surita, presbítero, hermano de don Bernardino, quien debe cesar en su oficio, tan luego como esto suceda. Este testamento lo ha otorgado ante el Alcalde Diego de Alvarado, siendo Escribano don Francisco Bermeo Jáuregui y testigos Andrés de Loyola, Rodrigo de Peralta y Francisco Silvestre de Saldaña. (parece que don Marcos se ha ordenado de sacerdote a fines del año de 1690).

El albacea usando de este poder funda la Capellanía de misas por el valor de siete mil quinientos pesos.

En este estado de cosas, resulta que en la ciudad de San Francisco de Quito, el 1 de Abril de 1669, el Relator de la Audiencia de Quito, Pedro Ortiz Dávila, ante Tomás Suárez de Figueroa Escribano de su Majestad, celebra una escritura por el valor de dos mil pesos, con el objeto de que después de los días del otorgante, se fundase una Capellanía de misas y que la sirviese el presbítero don Antonio de Veintimilla y Surita, con facultad de nombrar a su muerte patrones y Capellanías a su elección.

Pedro Ortiz Dávila regresando a Quito, confirma esta fundación por medio de testamento que lo otorga al hallarse en peligro de muerte, el 5 de Mayo de 1672, ante el mismo Escribano Francisco Bermeo Jáuregui, testigos Juan de Rojas, Juan Cortés, Lucas Segarra y Andrés de Loyola.

Rezan las escrituras, que el señor don Antonio Veintimilla Surita fue casado con doña Juana Cevallos, y que cuando enviudó se hizo sacerdote, quien hallándose en pie y en 6 de Mayo de 1681, confirió poder para testar cual de derechos requiere a los Sres. Capitán don Bernardino de Veintimilla Surita su hermano, al maestro Coronel de Contreras y al maestro Diego del Carpio, Vicario General y Capellán del Convento de Monjas de la Inmaculada Concepción, para que insolidum o cualquiera de ellos otorguen a su testamento conforme a sus indicaciones y a la memoria que les entregaba. Les ordena que sepulten su cuerpo en la Iglesia Matriz de esta Ciudad, en la bóveda de San Pedro de quien es cofrade; les nombra de albaceas y otorga este poder ante el Escribano Francisco Bermeo de Jáuregui, testigos Ignacio Correa, Jacinto de Saldaña y Francisco Silvestre de Saldaña, en consecuencia el Maestro y Vicario General Don Diego del Carpio usando del poder conferido nombra Capellán y Patrono a don Marcos de Veintimilla para que ordenándose sacerdote la sirva durante los días de su vida; declara además que lo otorga sólo por ser ya difunto el Maestro Nicolás de Contreras y también por excusa de don Bernardino de Veintimilla y lo hace el 10 de Diciembre de1693, ante el Escribano don Francisco Bermeo de Jáuregui y testigos Sargento Mayor Onofre Pesantez, Bernardo de Avila y Nicolás Cabrera. Mientras su ordenación servía esta Capellanía, el Presbítero Lucas de Santacruz.

En virtud de esta fundación contenida en el testamento de don Antonio de Veintimilla Surita, don Marcos pide la colocación canónica de esta Capellanía y lo obtiene en Quito el 2 de Octubre de 1699, ante el Sr. Dr. Dn. Pedro de Zumárraga, canónigo doctoral catedrático de vísperas en sagrados cánones en la Universidad de Santo Tomás y Provisor del Obispado.

Dicho don Marcos a servido el curato de San Sebastián de Loja, desempeñaba cura de almas en la parroquia de Yulug, cuando le sobrevino la última enfermedad; da poder para testar a su hermano don Ignacio y al presbítero don José Neira y Cevallos, en 9 de Enero de 1715, ante el Escribano de su Majestad Juan de Alvarado, y testigos Juan de la Cruz del Pino, Pedro Suárez de Fonseca y Francisco de Castañeda. Pide que se le sepulte en San Francisco, lugar donde reposan sus padres.

Poco tiempo después en 4 de Junio del mismo año de 1715, ante el mismo escribano Juan de Alvarado, y testigos Juan de la Cruz del Pino, Gabriel Maldonado de San Juan y Jacinto de Saldaña, funda en nombre del difunto don Marcos, una Capellanía de misas por el valor de novecientos cincuenta pesos, quedando don Ignacio su hermano, por voluntad de don Marcos de Patrón y Capellán, tanto de éstas como de las que poseía el finado por derecho de sangre.

Como durante este tiempo no hubiese sacerdote entre los individuos de familia, fueron nombrados de capellanes interinos el presbítero Manuel Martínez de la Rosa para que sirviera la fundada por don Marcos; y el presbítero Antonio Javier de Avilés para que sirviera las demás. Ordena que a su hermano don Ignacio se le entreguen sus mulares mansos de silla y todos los que se obtubieran amansando en sus haciendas; una silla jerónima enchapada


Entre estos el que se había ordenado sacerdote fue don Marcial; por consiguiente le fueron traspasadas por su padre don Ignacio todas las Capellanías por escritura pública el 11 de Mayo de 1726, conferida por el Escribano Jerónimo Regalado y testigos Miguel de Castro Rosales, Bernardo de Saldaña y Sebastián de Chacarrete.

Manda que su cadáver sea enterrado en la Iglesia de San Agustín con misa cantada, vigilia y ofrenda de pan y vida, dispone además que con dineros de sus arcas se contribuya a la beatificación de las Siervas de Dios Sor Sebastiana de Caso y Miranda y Mariana de Jesús Paredes i Flores; y finalmente nombrándole de albacea quiere que se reparta la hacienda a todos sus hermanos, lo que se ha cumplido fielmente como consta de los instrumentos públicos de inventarios y recibos de todos ellos.

Ordenado de sacerdote el maestro don Marcial de Veintimilla Medina Blanco de Guzmán cesan en sus cargos de capellanes interinos los presbíteros Martín de la Rosa y Javier Avilés. Toma colocación canónica de todas las capellanías en Quito el 3 de Julio de 1727, en tiempo del Ilustrísimo Obispo Luis Francisco Romero, del Consejo de su Majestad, hallándose de provisor el Licenciado don Gaspar Solís de Argandeña, Rector de la Matriz y abogado de las Reales Audiencias de Quito y Lima, siendo notario público Francisco de Borja.

El Maestro don Marcial de Veintimilla Medina, hallábase en el goce perfecto de todas las capellanías que por derecho de sangre le habían sido adjudicadas en 14 de Junio de 1724, por el provisor del Obispado Dr. don Pedro Sumárraga. Pasados algunos años de esta canónica institución, se encuentra que en el año 1760, dicho don Marcial otorga una Escritura de fundación de Capellanías de misas, por el valor de cinco mil pesos a favor del maestro Manuel Antonio de Veintimilla, hijo natural de su hermana, doña Mariana. Don Manuel Antonio a quien lo ha creado desde sus más tiernos años y que en la actualidad se halla en estudios en el Colegio Real y Seminario Mayor de San Luis de San Francisco de Quito, con pretensión de ordenarse de sacerdote y para que conseguido este intento tenga congrua sustentación para la esencia del estado y teniendo como lo tiene afecto por la prohijación que de él lo ha hecho tiene a bien fundar por vía de patrimonio y vínculo dicha Capellanía a favor de su sobrino en Cuenca a 1 de Agosto de 1760, ante el Escribano Don Pedro Narciso de Henríquez y los testigos Jerónimo Rodríguez de Quesada, don Agustín Tello y Joaquín Aroca.

El minorista don Manuel Antonio recíbese primero de abogado de la Real Audiencia de Quito y próximo a recibir la ordenación sacerdotal, vuelve el maestro don Marcial a fundar a favor de don Manuel otra Capellanía, por el valor de cuatro mil pesos, como consta de la escritura otorgada por el escribano don Raimundo de Estrada y Fuñón y testigos don Pedro de Nolasco, don Manuel de Zea y don Sebastián Ponce de León, en 12 de Octubre de 1764.

Más para obtener la canónica institución y la ordenación sacerdotal, obtuvo el maestro don Manuel Antonio dispensa de la irregularidad (anativitati) de Su Santidad Clemente XIII, para éste y otros beneficios eclesiásticos por breve pasado por el Supremo Consejo de Indias, obedecido y ejecutado por el Oficial General de este Obispado, en cuya consecuencia fue declarado Capellán por no haber otro descendiente legítimo de don Ignacio de Veintimilla Blanco de Guzmán, su abuelo.

Doña Mariana de Veintimilla mientras tanto llega a su última enfermedad y otorga su testamento en 5 de Enero de 1773, ordena que tan luego como fallezca se la sepulte en la Iglesia de la Concepción. Manda que sus albaceas contribuyan en dinero para la beatificación de las Siervas de Dios Sor Sebastiana de Taso y Miranda y Mariana de Jesús Paredes y Flores.

Declara entre otras cosas que ha permanecido soltera y que con su trabajo a acrecentado la herencia dejada por sus padres. Manda que después de los días de doña Rosalía de Veintimilla, monja de velo negro en el convento de la Concepción, se funde una Capellanía de misas por el valor de ochocientos cincuenta pesos, en bien de su alma. Nombra de albaceas a sus dos hermanos don Marcial y don Ignacio, y capellán a su hermano don Marcial y después de los días de dicho señor a su hijo el doctor don Manuel Antonio, con la condición de que después de sus días pase a sus parientes de legítima descendencia. Lo autoriza el Escribano de su Majestad, don Jerónimo Rodríguez de Quesada, y testigos Joaquín de Aroca y Marcos Salas.

Don Marcial y don Ignacio en 12 de Mayo de 1773, fundan la Capellanía ante el Escribano de su Majestad don Raimundo de Estrada y Fuñón, y testigos Francisco Arcentales, Tiberio Becerra y Marcos de Salas.

El Maestro don Marcial muere el 6 de Marzo de 1775, y en su testamento nombra al doctor don Manuel Antonio, Patrón y Capellán y heredero de las Capellanías que ha poseído él, con la condición de que a su muerte nombrará patrones y capellanes a los descendientes legítimos de la familia Veintimilla.

El Dr. Manuel Antonio Veintimilla sacerdote de mucho ascendiente goza de largo tiempo de los censos con algunas contradicciones de parte de un supuesto pariente de los fundadores; a pesar de la colación dada por el Sr. Dr. Dn. Francisco Aguilar Provisor del Obispado, ante el notario Mayor don Manuel Cabezas y Armendáriz, el 27 de Febrero de 1776.

Dicho doctor don Manuel Antonio a nombrado de su ejecutor de su testamento al Ilustrísimo Sr. José Cuero y Caicedo, del Consejo de su Majestad, Obispo electo de Cuenca, advirtiendo que si falleciere antes de que se posesione del Obispado se haga cargo de la ejecución de su testamento, el Dr. Dn. Tomás Landívar y Centeno, Canónigo Penitenciario y Gobernador de este obispado, lo otorgara ante el Escribano Público don Manuel Suárez de Velasco.

Dicho señor es el primer cura Rector de la Iglesia Catedral, le sucede en el cargo el Presbítero Juan Barbosa Dávila. Ha sido clérigo pudiente por su cabeza y por su plata, pues este es el llamado el aya rico (el que ve a los muertos).

Durante este largo espacio de tiempo, don Marcos de Veintimilla, hermano legítimo del maestro don Marcial se había casado con doña Ana de Valderrano y tuvieron por hijos entre otros a don Manuel y a don José, don Manuel bisabuelo del infrascrito, y a don José presbítero.

Don Manuel de Veintimilla y Valderrano húbose casado con doña Inés Racines y han tenido por hijos legítimos a don Manuel, abuelo del infrascrito, a Miguel Custodio y a Mariano sacerdotes, José, Ramón, Francisco, Inés, María, Mercedes, Antonia y Josefa.

De los expedientes de capellanías se tiene conocimiento que don José hubo recibido órdenes menores por los años 1782 y hállase de presbítero poco tiempo después. Es natural y conforme el espíritu de las fundaciones que dicho don José debería ser el patrono y capellán legítimo que debería disfrutar su posesión al Dr. Dn. Manuel, y si resulta la anomalía de ser dicho señor capellán lo explica el mismo doctor don José muy satisfactoriamente ante los tribunales, diciendo que aquel señor fue clérigo muy pudiente tanto en lo eclesiástico como en lo civil; que no sólo se lo consideraban sino que lo temían.

Tan es la razón del porqué, que sólo a la muerte de don Manuel Antonio acaecida en 1800 pudo denunciar ante la autoridad competente las capellanías que por el Ilustrísimo Sr. Carrión y Marfil (a título de Yure devoluti), a un minorista llamado Juan Correa, contraviniendo de esta manera la Cédula Real, con perjuicio de tercero.

Por este motivo hubo de sostener reñidísimo pleito con Correa, y el Promotor Fiscal Dr. Dn. N. Neira, hasta que al fin por sentencia de 20 de Noviembre de 1801 le fueron devueltas por el Gobernador Eclesiástico Dr. Dn. Tomás Landívar Centeno, confiriéndole además la colación canónica en 26 de Mayo de 1802.

El Maestro don Miguel Custodio Veintimilla Racines, estudiaba en el Colegio Real de San Fernando de Quito, cuando su tío el doctor don José por Escritura de 23 de Abril de 1805, otorgada ante el Escribano don Ignacio Pazmiño, y testigos Agustín Picón, Mariano Sánchez Maldonado y Martín Alvarez, otorga una Escritura de Cesión por el valor de seis mil quinientos pesos de Capellanías que poseía, a favor de su sobrino legítimo don Miguel Custodio para que a título de ellas se ordene de sacerdote. Hallándose presente su padre legítimo don Manuel Veintimilla Valderrama, y por ausencia de su hijo Custodio que se hallaba en Quito, dando las debidas gracias a su hermano Don José, la daba por aceptado.

Llenadas las condiciones requeridas por derecho fue aceptada la cesión por el doctor don Domingo Antonio Delgado y Cortejada, Canónigo Doctoral, Provisor General de este Obispado, por el Ilustrísimo señor obispo doctor don Andrés Quintián Ponte y Andrade, del Colegio de su Majestad, en 16 de Abril de 1806, obteniendo de manos del mismo señor la canónica colación en 23 de Mayo del mismo año.

El señor doctor don José muere el 4 de Agosto de 1824, y por una de las cláusulas del testamento que otorgó ante el Escribano Jerónimo Illescas declara por sucesor legítimo tanto en el patronato como en el goce de las capellanías, que en 1802, obtuvo por derecho de sangre a su sobrino legítimo señor doctor don Custodio Veintimilla Racines, Vicerrector del Seminario, Catedrático de Teología y Representante del Supremo Congreso de Bogotá.

Hace de promotor fiscal en esta causa, el Señor Dr. Dn. Miguel Rodríguez, cura de San Roque y se opone a que se le confiera la colación canónica. ¡cosas muy tristes de enemistades de aquellos tiempos!

Como una prueba del modo de raciocinar del Dr. Dn. Miguel Custodio, y la claridad de su talento, copio el escrito que en contra de esta vista fiscal presentó el Dr. Custodio a la Venerable Curia Eclesiástica, por medio de Procurador.

“Señor Provisor y Vicario Capitular.

“José Machuca, Procurador del señor doctor don Custodio Veintimilla ante Usía, según derecho digo: Que con fecha 1 del presente se conformó Usía con el dictamen fiscal dado en 28 de Setiembre del mismo año. Dicho señor, no sé por qué principios exige que el señor mi parte acredite su entroncamiento con los fundadores de las Capellanías que solicita y afirma que el documento de fojas tres no califica suficientemente el derecho que la asiste. No sé que jurisprudencia profesa el Promotor Fiscal para pedir que el señor mi parte aumente o abunde en pruebas, y asegurar con tanta franqueza que el certificado del Notario Mayor no basta para apoyar la solicitud. Lo primero es un absurdo conocido porque para patentizar el derecho que asiste a un Capellán a consecuencia del fallecimiento del anterior no se requiere más que probar ser su sucesor legítimo; la cláusula testamental del finado presbítero José Veintimilla y Valderrama a que se remite el Notario actuante y la notoriedad de que el señor mi parte es su sobrino legítimo y único sucesor del patronato y Capellanías que gozó el referido presbítero, sufragan bastante para que pueda obtenerlas, luego no hay necesidad de entroncamiento solicitado. La práctica inconclusa de las Curias y las Leyes que tratan de la materia no exigen Rvmo. Sr. Sino la calidad del sucesor legítimo en los derechos de su anterior; esta se halla sostenida por el citado documento; luego pedir el entroncamiento con los fundadores es lo mismo que decir que un heredero para suceder a su padre legítimo en sus derechos necesita acreditar su entroncamiento con sus abuelos de quienes dimanan los intereses, siendo este un horror manifiesto lo es también el que el señor mi parte manifieste su entroncamiento con los fundadores. Lo segundo es también muy peregrino, por que si un documento autorizado por Escribano Público que juntamente es Notario Mayor no es valedero no encuentro cual sea fidedigno. El modo de solemnizar cualquier documento es hacerlo firmar por quienes tienen fe pública, el ciudadano Jerónimo Iglesias, la tiene por sus destinos, luego se le debe creer y por tanto, asegurando este en su certificado que el señor mi parte es el único sucesor del patronato y capellanías a que aspira, es muy extraño el modo de pensar del Promotor Fiscal.

En vista de estas razones y con actuación del doctor Casamayor, abogado de la Real Audiencia, le fueron adjudicadas las capellanías al señor doctor don Miguel Custodio Veintimilla, por el Provisor y Vicario General del Obispado, Dr. Dn. Juan Aguilar Cuvillos, en 22 de Octubre de 1824, y recibiendo la colación canónica, ante el mismo Provisor el 4 de Diciembre de 1924.

Mientras tanto don Manuel Veintimilla Racines había contraído matrimonio con la señora Francisca García, donde procede Agustín, padre del infrascrito. Durante este lapso de tiempo se había recibido de abogado en Quito el Maestro don Mariano Veintimilla Racines, quien poco después, cambió la museta de abogado por el hábito sacerdotal.

Para ello, su hermano el doctor Miguel Custodio le cede parte de los censos que poseía, a fin de que pueda ordenarse a título patrimoni. Verifica la cesión el 5 de Enero de 1826 y obtiene la colación canónica ante el Provisor y Vicario Capitular Señor Dr. Dn. José María Riofrío y Valdivieso en Santa Ana de Cuenca el 31 de Octubre de 1829.

El Sr. Dr. Dn. Miguel Custodio Veintimilla Racines llega a su última enfermedad, hace su testamento y en la cláusula doce declara: que nombra por patrono y capellán de todos los censos de que goza por derecho de sangre a su hermano legítimo doctor don Mariano Veintimilla y Racines, por ser el único sucesor a quien por derecho corresponde de los 24 mil pesos a que asciende el valor de dichas capellanías. Otorga su testamento el 6 de Enero de 1832, ante el Escribano don Antonio Ortega y testigos señores José Antonio Balarezo, José Manuel Ortega y Manuel Coronel, nombra de albaceas a sus hermanos doctor don Mariano y Ramón Veintimilla, dispone que el remanente de sus bienes se adjudique a la fábrica de la Casa de Ejercicios del Corazón de Jesús, y finalmente ordena que se le sepulte en la Iglesia de la Concepción, sin pompa de ninguna clase.

A la muerte del doctor Miguel Custodio, se posesiona de Patrón y Capellán el doctor don Mariano, quien la sirve hasta el año de 1872, año en que muere. Quedan Vacantes las capellanías por no haber ningún sacerdote de descendencia legítima entre los individuos de familia; entonces el Dr. Agustín Veintimilla y garcía, padre legítimo del infrascrito se presenta ante los tribunales Eclesiásticos y Civiles pidiendo se le adjudiquen los ramos de Capellanías por ser entre los descendientes legítimos el de mejor derecho. Opóneselo la Sra. Doña Dolores Veintimilla, trábase la litis que dura algunos años y por sentencia de la Excelentísima Corte Suprema, dada en 18 de Agosto 1876, se le reconoce al Sr. Dn. Agustín Veintimilla García, como dueño de las Capellanías que poseía el Dr. Dn. Manuel Veintimilla Racines. Pedro Fermín Cevallos, Pablo Herrera, León Espinoza de los Monteros, Antonio Portilla y Carlos Casares. Ministros de la Excelentísima Corte Suprema. El Secretario Manuel María Salazar.

El Sr. Dn. Agustín Veintimilla García, casado con la señora doña Dolores Argudo tiene por hijos a Víctor, Agustín, Modesto, Antonio, Luis y Manuel María, a Rosario, Regina, Zoila, Baltazara, Virginia, Victoria y Eudoxia.

Próximo a ordenarse de subdiácono el infrascrito, traspásale su padre don Agustín el derecho a las Capellanías, en virtud del espíritu y mente de los fundadores, traspaso hecho por Escritura Pública, otorgada ante el Escribano Feijoo, y aceptándola el infrascrito con los debidos agradecimientos, se presentó el 8 de Mayo de 1887, ante el Ilustrísimo Sr. Obispo Dr. Dn. Miguel León, para que la diera la colación canónica y la aceptara además como congrua y título de ordenación. Fiscalizada la causa por el Rvmo. Canónigo Dr. León Piedra en sentido favorable recibió el presbiterado el 15 de Mayo de 1887.

En tiempos de la administración del Ilustmo. y Rvmo. Sr. León y del Rvmo. Sr. Benigno Palacios, Administrador de la Diócesis, en virtud de concordato se redimieron varias cantidades que fueron depositadas en la Venerable Curia, hasta que la ley liberal del Presidente Plaza, extinguió las Capellanías. Las cantidades redimidas se colocaron en la Venerable Curia y de su poder las arrebató el General Manuel Franco, con lo que se perdieron las Capellanías.

Tal es el fiel relato de la Historia de la fundación de las Capellanías y la procedencia de la familia Veintimilla.

El Sr. Dr. Dn. Antonio Veintimilla Surita hermano legítimo del Sr. Dn. Bernardino Veintimilla, fue casado con la Sra. Josefa Cevallos de cuyo matrimonio, tuvo un hijo llamado Juan que es el progenitor de la familia Veintimilla Alvear. Don Juan Veintimilla Cevallos y no Surita, es según los documentos de la familia Arreaga, se ha casado con una Sra. Orellana, de cuyo matrimonio resulta don Francisco Veintimilla que se ha casado a su vez con una Sra. Alvear: de este matrimonio ha habido varios hijos, entre ellos un Sr. Dn. Manuel a quién como albacea de dicho don Francisco recibe la orden de suministrar cien pesos a sus nietas: María Pía Veintimilla y Francisca de la Vega. En los funerales de don Francisco, se encuentran dos sacerdotes, el uno Francisco y el otro Enrique, que han celebrado gratuitamente en el Santo Oficio de la Misa, sin duda, por ser parientes de dicho Señor.

En los papeles inventariados en la mortuoria del señor Francisco Veintimilla Orellana, se encuentran los siguientes datos: un testimonio del Escribano Bermeo Jáuregui sobre un litigio que siguió el año de 1699, el Licenciado don Marcos de Veintimilla Surita, presbítero, contra el Alférez Martínez de Saldaña, sobre Capellanías de Dña. María García de Medina. Don Marcos descendiente de Don Bernardino es el capellán de las Capellanías fundadas por doña Angela Ambulodi, prima de don Bernardino Surita, a favor de dicho señor y su familia, este es el primogénito y con especial derecho de que se ordenara de sacerdote. Con este motivo dichas capellanías las sirvió su tío el Dr. Antonio Veintimilla Surita, hermano de don Bernardino; pues se había ordenado de sacerdote después de su viudez.

Otro testimonio signado por el mismo escribano Bermeo Jáuregui, sobre el litigio que en el año de 1667 siguió don Salvador García Chuquimarca, cacique de Cañaribamba, contra el Sr. Dr. Antonio Veintimilla Surita, sobre la hacienda de Pillcocaja.

Otro documento del Licenciado don Andrés Herrera, Provisor, para que los albaceas de doña Manuela García de Medina, cumplan con la fundación de las Capellanías mandadas por dicha Sra. Y a pedimento del Dr. Manuel Veintimilla Surita.

Otro documento de don Juan Veintimilla Cevallos, de renuncia del título de Alférez Real. Otro que contiene el testamento de don Juan Veintimilla, padre de don Francisco Veintimilla Orellana y Briceño; y finalmente la nota fiscal del Dr. Manuel Antonio Veintimilla, hijo natural de doña Mariana hermana del Dr. Don Marcial, hijos de don Ignacio y este descendiente de don Bernardino. Por todos estos motivos se ve que los descendientes de don Juan Veintimilla: esto es Don Francisco, padre de don Manuel Veintimilla Alvear son los antiguos dueños de las haciendas de Portovelo, Pillcocaja, etc. y progenitores de los señores Veintimilla Neira.

ARBOL GENEALOGICO DE LA FAMILIA DE DON JUAN VEINTIMILLA CEVALLOS HIJO LEGÍTIMO DEL DOCTOR DON ANTONIO.

Don Juan se casó con doña Catalina Orellana y Briceño, tuvo por hijo a don Francisco, quien se casó con la señora María Alvear y Espinoza, teniendo por hijos a doña Manuela, doña Josefa, doña Antonia a Manuel y Rosa. Don Manuel se casó con doña María Neira, y tiene por hijos a Tomás, soltero, a Josefa, esposa del Sr. Antonio García Trellez, a Antonia, casada con Vicente Arriaga, y a doña María Pía, soltera.











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