Especial para El Telégrafo Literario
para Dn. César A. Peralta.
El bardo melenudo
sobre el mullido canapé dormía….
En su cerebro, con esfuerzo rudo,
la flor de la Quimera se entreabría.
Estaba allí: bajo el azul soñado
del imposible amor.
Escaparon las sombras del pasado
y el sol de los idilios se encendió.
Julieta revivía….
y Romeo soñó que, en el jardín,
la niña bien amada sonreía
como si abriera el cáliz un jazmín;
Como si abriera el ala esplendorosa-
esa de la inconstancia y el volar-
alguna veleidosa mariposa
que encima del ciprés quiso posar….
Ante los bellos párpados de armiño
de rutilante estrella,
en el epitalamio del cariño
el Poeta decía su querella.
Y la sin corazón, la desdeñosa,
la que nunca aceptara sus canciones,
piadosa hoy le daba la alba rosa
de las encantadoras ilusiones.
La Hechicera
de la Suave Sonrisa lo miraba
con dulzura infinita, y prisionera
en sus brazos estaba.
La Luna apareció; y un dulce beso-
el beso aquel que el soñador forjó-
oprimióle con plácido embeleso,
é, inebriado de dicha, despertó….
Entonces solo, comprendió su sueño,
al ver con amargura, con disgusto,
a Pepe, el chiquitín siempre risueño,
que, al darle un beso, quiso darle un susto.
Y convertido en nada el grato premio
que su sagrado amor escarnecía,
el Poeta bohemio,
mostrando el rictus de callada pena,
en vez de sollozar, se sonreía,
agitando la lírica melena….
VICTOR M. ALBORNOZ.
Cuenca- MCMXIII
Jueves 27 de Noviembre de 1913
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