1886- Junio- 1970
Ricardo Márquez Tapia amó con vocación irresistible el trajín por los campos de las Letras, prefiriendo en su intensa faena, la de la Historia, que honra a quien la practica, como él lo hizo, abnegada y tesoneramente, como tributo inapreciable a favor de la cultura patria.
Su voluntad, fortalecida por el civismo, se convirtió en el recio motor que impulsó la máquina maravillosa del cerebro para que funcione sin cesar, produciendo libros y folletos consagrados al estudio y comentarios de los hechos memorables en el panorama nacional y continental, ya que los acontecimientos del pasado son la mejos lección para orientar los del presente y aún los del porvenir.
Ricardo Márquez Tapia puso en esa labor esfuerzo, corazón y alma, esa trinidad augusta de que se valió para hacer trabajo provechoso y fecundo, que encuentra y en verdad ennoblece al Hombre.
Por eso las obras y el nombre de este distinguido intelectual hallarán justamente larga recordación.-
VICTOR MANUEL ALBORNOZ.
Para “El Año Ecuatoriano” 1971-1972
Recordar es vivir el pasado… al evocar la polifacética personalidad de Ricardo Márquez Tapia, perdido ya para siempre en los abismos oscuros de la Nada, retorna el poeta, el escritor, el erudito historiador, el patriota.
Si fue hombre de cerebro fue también, mucho más, hombre de corazón.
Hizo de la amistad, Religión y Culto.
En el templo magnífico y grandioso de su alma ofició siempre como Sumo Sacerdote.-
CARLOS ENRIQUE VINTIMILLA
Para “El Año Ecuatoriano” 1971-1972
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