El M. Rdo. Padre Fray José María Caicedo Albornoz.
Quito, 1940. Necrología de este ejemplar religioso, nacido en Pelileo en 1855 e hijo de don José Gabriel Caicedo y de doña Mercedes Albornoz. Muerto en Quito el 12 de Marzo de 1940. Estuvo por dos veces en Cuenca, ciudad en la que principió la construcción de la actual Iglesia de Santo Domingo. Intelectual de nota, de él dice el P. Jerves: “Bibliófilo y lector incomparable, el mayor acaso o uno de los mayores que ha tenido América, empezó a formar la selectísima biblioteca de su uso personal, que después la completó en Chile, Europa y el Ecuador mismo….. En Lima fue Rector del Colegio de Santo Tomás de Aquino. Regresó a Quito, de cuyo Colegio dominicano interno fue, como tantas otras veces, Profesor y luego también Rector. Respecto a su profesorado de más de cincuenta años, bien puede decirse que él abrazó poco menos que todos los ramos de la docencia literaria y científica, desde las Humanidades hasta el Dogma. Y Talentoso, docto e ilustradísimo y ante todo y sobre todo filósofo y teólogo de Tomismo puro como era, no fue pequeño el bien que hizo a sus numerosísimos discípulos.”
Quito, 1940. Necrología de este ejemplar religioso, nacido en Pelileo en 1855 e hijo de don José Gabriel Caicedo y de doña Mercedes Albornoz. Muerto en Quito el 12 de Marzo de 1940. Estuvo por dos veces en Cuenca, ciudad en la que principió la construcción de la actual Iglesia de Santo Domingo. Intelectual de nota, de él dice el P. Jerves: “Bibliófilo y lector incomparable, el mayor acaso o uno de los mayores que ha tenido América, empezó a formar la selectísima biblioteca de su uso personal, que después la completó en Chile, Europa y el Ecuador mismo….. En Lima fue Rector del Colegio de Santo Tomás de Aquino. Regresó a Quito, de cuyo Colegio dominicano interno fue, como tantas otras veces, Profesor y luego también Rector. Respecto a su profesorado de más de cincuenta años, bien puede decirse que él abrazó poco menos que todos los ramos de la docencia literaria y científica, desde las Humanidades hasta el Dogma. Y Talentoso, docto e ilustradísimo y ante todo y sobre todo filósofo y teólogo de Tomismo puro como era, no fue pequeño el bien que hizo a sus numerosísimos discípulos.”
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