Víctor Manuel Albornoz Cabanillas nació en el Perú el 23 de Marzo de 1896. Fueron sus padres: Don Rafael Albornoz Freile y Doña María Cabanillas Olascoaga de Albornoz.
Antes de entrar en la Escuela, de seis años de edad leía y se adiestraba ya en la escritura, debido al principio educativo que le dieron sus padres y sus hermanos mayores.
Ingresa a la Escuela y una vez terminados allí sus estudios, recibe la instrucción secundaria en Cuenca, los tres primeros años en el prestigioso Colegio Seminario, de 1907 a 1910; pero habiendo prohibido el Gobierno ecuatoriano que ese acreditado plantel siga funcionando, pasa al Colegio Nacional “Benigno Malo”, en donde cursa sus tres años últimos, esto es de 1911 a 1914.
Apenas concluye sus estudios secundarios funda en 1914 la Revista Literaria mensual intitulada “Hacia el Ideal”, que fue acogida con beneplácito en el Ecuador, habiendo sido el primero en alabarla el eximio periodista azuayo Don Manuel J. Calle. Dicha Revista apareció con profusión y aplauso durante dos años.
Desde entonces, Albornoz colabora en los principales periódicos y revistas de diferentes lugares del Ecuador.
Habiendo adquirido una imprenta, se pone al frente de ella como propietario del periódico que funda con el nombre de “La Crónica”, diario matutino que recibe amplia acogida, por el empeño que pone en despertar el interés público en su calidad de Director, habiendo también secundado su amplia labor su hermano Rafael. Acogido el periódico con agrado y aplauso de os lectores, se publica “La Crónica” desde su fundación el 21 de Abril de 1923, sin interrumpirse hasta el 31 de Marzo de 1930, esto es por el tiempo de siete años.
En el año 1921 publica su primera obra literaria, intitulada “Ojos en éxtasis”, la cual es un libro que lleva un extenso prólogo del Sr. Dr. Remigio Crespo Toral, prestigioso escritor cuencano quien justicieramente se otorgó la corona de oro en Cuenca y en Quito por la valiosa labor intelectual realizada durante mucho tiempo. “Ojos en éxtasis” es una colección de poesías que fue galardonada por el Sr. Dr. Crespo Toral con un bello y profundo estudio en que analiza elogiosamente las composiciones de Albornoz. Elogios parecidos le tributan Alfredo Baquerizo Moreno y otros notables escritores del país y del extranjero.
Así se inicia la intensa y abundante labor de Víctor Manuel Albornoz, la cual se prolonga hasta hoy en que siguen apareciendo muchos estudios suyos, ya de poesías, ya de prosas, ya de estudios literarios entre los que se destacan sus reseñas biográficas en que se analizan los méritos de numerosos y destacados intelectuales ecuatorianos, de modo preferente a los azuayos. Igualmente meritorios son sus escrupulosos y amplios estudios de carácter histórico relativos a la ciudad de Cuenca, de la que de la que posee profundo y perfecto conocimiento desde la fundación de la Ciudad hasta las diversas manifestaciones de sus progreso sea antiguo o actual en los diferentes aspectos de su cultura.
Víctor Manuel Albornoz comparece una vez mas a la palestra literaria en beneficio de las investigaciones históricas de valor perdurable, un infatigable escritor vinculado a Quito por su padre, don Rafael Albornoz y Freire, amigo y compañero de González Suárez, Luis Felipe Borja y Roberto Espinoza y a Cuenca, por su intensa labor intelectual desarrollada en la capital azuaya.
Don Víctor Manuel Albornoz, cuya fecunda juventud ha transcurrido en el noble ejercicio de la pluma y entre afanes espirituales, ha querido esta vez presentar fruto sazonado de doctas vigilias y marcar rumbo que ha de ser apreciado e imitado por cuantos quieran salvar del olvido a los que en la primera hora del vivir nacional, dieron de sí cuanto podían dar: sus trabajos, entusiasmos y esfuerzos, para fundar las que andando los tiempos llegarán a ser florecientes capitales de la Patria.
Tuvo el señor Albornoz la suerte de recibir educación clásica, pues pertenece a la última generación que aprendió humanidades; por ello sus libros de poesía como “La Llaga de Job” y “Ojos en Extasis” se leen con deleite, y sus obras en prosa como la que hoy ve la luz y la que lleva por título “Cultura de Cuenca durante la Colonia” se distinguen por el depurado lenguaje, la claridad en la exposición, aparte de lo bien fundado y sólido de sus conclusiones.
Víctor Manuel Albornoz contrajo matrimonio en Cuenca el día 30 de Junio de 1918 con la Señorita Lucrecia Peralta Rosales, hija del Sr. Dr. José Peralta y de Doña Matilde Rosales. El Dr. Peralta fue un destacado hombre público, Abogado notable, Ministro de Relaciones Exteriores, Embajador de la República Ecuatoriana en la ciudad de Lima, Miembro del Congreso Nacional, etc.
Durante su matrimonio Víctor Manuel Albornoz y Lucrecia Peralta tuvieron cuatro hijos: Manuel Oswaldo, Federico Trajano, Yolanda y Emma Hermosina Albornoz Peralta.
Manuel Oswaldo, Federico trajano y Emma Hermosina viven actualmente en Quito, residiendo desde hace años allí.
Yolanda murió trágicamente en Cuenca, en que como de costumbre vino a visitar a su padre. Esa dolorosa tragedia fue causada por un terrible accidente automovilístico que ocasionó muchas víctimas.
(Esta autobiografía es escrita a partir de Noviembre de 1962, pues en Octubre de ese año fallece su hija Yolanda).
Antes de entrar en la Escuela, de seis años de edad leía y se adiestraba ya en la escritura, debido al principio educativo que le dieron sus padres y sus hermanos mayores.
Ingresa a la Escuela y una vez terminados allí sus estudios, recibe la instrucción secundaria en Cuenca, los tres primeros años en el prestigioso Colegio Seminario, de 1907 a 1910; pero habiendo prohibido el Gobierno ecuatoriano que ese acreditado plantel siga funcionando, pasa al Colegio Nacional “Benigno Malo”, en donde cursa sus tres años últimos, esto es de 1911 a 1914.
Apenas concluye sus estudios secundarios funda en 1914 la Revista Literaria mensual intitulada “Hacia el Ideal”, que fue acogida con beneplácito en el Ecuador, habiendo sido el primero en alabarla el eximio periodista azuayo Don Manuel J. Calle. Dicha Revista apareció con profusión y aplauso durante dos años.
Desde entonces, Albornoz colabora en los principales periódicos y revistas de diferentes lugares del Ecuador.
Habiendo adquirido una imprenta, se pone al frente de ella como propietario del periódico que funda con el nombre de “La Crónica”, diario matutino que recibe amplia acogida, por el empeño que pone en despertar el interés público en su calidad de Director, habiendo también secundado su amplia labor su hermano Rafael. Acogido el periódico con agrado y aplauso de os lectores, se publica “La Crónica” desde su fundación el 21 de Abril de 1923, sin interrumpirse hasta el 31 de Marzo de 1930, esto es por el tiempo de siete años.
En el año 1921 publica su primera obra literaria, intitulada “Ojos en éxtasis”, la cual es un libro que lleva un extenso prólogo del Sr. Dr. Remigio Crespo Toral, prestigioso escritor cuencano quien justicieramente se otorgó la corona de oro en Cuenca y en Quito por la valiosa labor intelectual realizada durante mucho tiempo. “Ojos en éxtasis” es una colección de poesías que fue galardonada por el Sr. Dr. Crespo Toral con un bello y profundo estudio en que analiza elogiosamente las composiciones de Albornoz. Elogios parecidos le tributan Alfredo Baquerizo Moreno y otros notables escritores del país y del extranjero.
Así se inicia la intensa y abundante labor de Víctor Manuel Albornoz, la cual se prolonga hasta hoy en que siguen apareciendo muchos estudios suyos, ya de poesías, ya de prosas, ya de estudios literarios entre los que se destacan sus reseñas biográficas en que se analizan los méritos de numerosos y destacados intelectuales ecuatorianos, de modo preferente a los azuayos. Igualmente meritorios son sus escrupulosos y amplios estudios de carácter histórico relativos a la ciudad de Cuenca, de la que de la que posee profundo y perfecto conocimiento desde la fundación de la Ciudad hasta las diversas manifestaciones de sus progreso sea antiguo o actual en los diferentes aspectos de su cultura.
Víctor Manuel Albornoz comparece una vez mas a la palestra literaria en beneficio de las investigaciones históricas de valor perdurable, un infatigable escritor vinculado a Quito por su padre, don Rafael Albornoz y Freire, amigo y compañero de González Suárez, Luis Felipe Borja y Roberto Espinoza y a Cuenca, por su intensa labor intelectual desarrollada en la capital azuaya.
Don Víctor Manuel Albornoz, cuya fecunda juventud ha transcurrido en el noble ejercicio de la pluma y entre afanes espirituales, ha querido esta vez presentar fruto sazonado de doctas vigilias y marcar rumbo que ha de ser apreciado e imitado por cuantos quieran salvar del olvido a los que en la primera hora del vivir nacional, dieron de sí cuanto podían dar: sus trabajos, entusiasmos y esfuerzos, para fundar las que andando los tiempos llegarán a ser florecientes capitales de la Patria.
Tuvo el señor Albornoz la suerte de recibir educación clásica, pues pertenece a la última generación que aprendió humanidades; por ello sus libros de poesía como “La Llaga de Job” y “Ojos en Extasis” se leen con deleite, y sus obras en prosa como la que hoy ve la luz y la que lleva por título “Cultura de Cuenca durante la Colonia” se distinguen por el depurado lenguaje, la claridad en la exposición, aparte de lo bien fundado y sólido de sus conclusiones.
Víctor Manuel Albornoz contrajo matrimonio en Cuenca el día 30 de Junio de 1918 con la Señorita Lucrecia Peralta Rosales, hija del Sr. Dr. José Peralta y de Doña Matilde Rosales. El Dr. Peralta fue un destacado hombre público, Abogado notable, Ministro de Relaciones Exteriores, Embajador de la República Ecuatoriana en la ciudad de Lima, Miembro del Congreso Nacional, etc.
Durante su matrimonio Víctor Manuel Albornoz y Lucrecia Peralta tuvieron cuatro hijos: Manuel Oswaldo, Federico Trajano, Yolanda y Emma Hermosina Albornoz Peralta.
Manuel Oswaldo, Federico trajano y Emma Hermosina viven actualmente en Quito, residiendo desde hace años allí.
Yolanda murió trágicamente en Cuenca, en que como de costumbre vino a visitar a su padre. Esa dolorosa tragedia fue causada por un terrible accidente automovilístico que ocasionó muchas víctimas.
(Esta autobiografía es escrita a partir de Noviembre de 1962, pues en Octubre de ese año fallece su hija Yolanda).
1 comentarios:
hola, por favor, podrian poner poemas de este genial escritor...
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