Amigos

U z h u p u d

Author: Teodoro Albornoz /

Tras de recorrer quince kilómetros de magnífica carretera asfaltada desde la hermosa ciudad de Cuenca al punto denominado “El Descanso”, el automóvil enfila por la garganta del Tahual, rocosa entrada a las ubérrimas tierras de los cantones orientales del Azuay. Desde allí cada recodo del camino que lleva a Paute presenta una nueva sorpresa al que recorre tan pintorescos lugares, pasando, sucesivamente por “La Josefina”, “Chicticay”, “Monjas-huaico”, Cábug, Culcul…. Ya es la visita imponente que presenta el Tahual, en que el río, tras una lucha milenaria con el pétreo monte, se ha abierto paso por él, dejando el angosto desfiladero a cuyo fondo corren sus turbulentas aguas, mientras las cúspides de uno y otro lado, están tan cerca que parece quisieran unirse otra vez; ya es el paisaje agreste, en que domina el maguey autóctono que eleva sus triangulares pencas junto a las zarzamoras y a las florecillas silvestres que adornan la maleza. Luego, el panorama se ensancha y asoma el valle bellísimo, lleno de todos los matices del verde en las plantaciones de cañas de azúcar, en los airosos sauces reales, en el maíz de las laderas, en el oscuro follaje de los duraznos o en el reluciente de los fragantes chirimoyos.

En un ángulo de la carretera, a la vuelta de Culcul, se divisa “UZHUPUD” antigua hacienda y vieja destilería desde los tiempos de la Colonia hasta nuestros días, que hoy, al incesante progreso industrial, se ha convertido en una destilería semejante a las de Escocia, que añejan sus maltas de cebada con la paciencia propia de sus tradicionales clanes.

A la entrada de le hacienda, incrustada en la amplitud del valle, contempla el viajero los viñedos en que el sol sazona los racimos de uvas y la abundancia de los durazneros repletos de su codiciado fruto. Crúzase el río por la simétrica arquitectura de un esbelto puente, recreándose otra vez la mirada con bien cultivados cañadulzales y nuevas vides y variedad de frutales, que forman atractivo marco a los edificios en que funciona la Fábrica, la cual incita a recorrerla para conocer sus diversos compartimientos.

Lo que mas llama la atención son las instalaciones de los alambiques y rectificadores delineados por expertos técnicos ingleses. Se creyera estar en una de esas viejas destilerías europeas: los alambiques de estructura alargada y caprichosa parecen arrancados de un cuadro antiguo con escenas de la Cartuja; sin quererlo viene a la mente el recuerdo de otras épocas, y se piensa en la alquimia y los licores obtenidos por monjes ascéticos que guardan cuidadosamente sus secretos.

En “Uzhupud” todo hace pensar en los enormes sacrificios realizados por el productor, que ha llegado a superar los métodos anacrónicos empleados todavía en muchas haciendas de caña de azúcar, en que un mal destilado aguardiente resulta a veces un tóxico peligroso para el consumidor. En cambio, en “Ushupud”, las maquinarias adecuadas, la esmerada limpieza, los poderosos filtros, los tanques de batición de acero inoxidable y los métodos de embotellado automático son la mejor garantía de la calidad de sus productos.

Tan esmeradas y prolijas atenciones han hecho que, por ejemplo, el exquisito Whisky “Royal Campbell”, que en “Uzhupud” se elabora de acuerdo con los procedimientos usados en las destilerías escocesas, haya alcanzado unánime aceptación en el país, consumiéndose con preferencia a los mejores licores de su clase.

En “Uzhupud” sorprende encontrar alambiques de doble fondo, en los que se destilan yerbas aromáticas como el cilantro, el enebro, la casia, los lirios de Florencia, las cáscaras de naranjas valencianas, el limón, etc. para hacer un delicioso Gin Queen Elisabeth, orgullo de la licorería nacional, con carencia absoluta de esencias tóxicas y con alcoholes refinados y rectificados.

Las famosas cremas y mistelas “Combier”, por su patente francesa, destiladas de comino para el Kumel, de monte adorata para el licor verde y aromático y las de cacao, así como los anisetes y Triple Sec, los demanda insistentemente el público por su calidad superior.

Las grandes bodegas de Ron, añejado en enormes barricas de roble, con reposo mínimo de cinco años para su expendio, brinda un licor espirituoso que se lo paladea con agrado. Y hasta el simple aguardiente de caña de azúcar, llamado “Pauteñito” es rectificado, añejado y filtrado, haciéndolo verdaderamente potable en beneficio del consumidor.

Después de poco tiempo, cuando la producción de sus jóvenes viñedos se acentúe, “Uzhupud” también producirá buenos vinos de mesa. Se han realizado ensayos con muy buen resultado, estando actualmente en proceso unas pocas cubas en añejamiento, y así hemos gozado tomando un claret liviano y fresco de la cosecha del año anterior.

La Destilería “Uzhupud” ha logrado la magnífica calidad de sus productos gracias a los consejos técnicos de famosos licoristas europeos de las prestigiosas casas que, al otorgarle sus patentes, les han cedido los secretos conservados a través de los siglos. También contribuye a su franco éxito la elegante presentación, con botellas y etiquetas que ofrecen una nota de distinción.

Lo primero que se advierte en “Uzhupud” es el gran esfuerzo económico realizado por su propietario en el afán patriótico de mejorar la industria nacional, emancipándola de la degeneración alcohólica mediante la elaboración de productos sanos y agradables, como los suyos, para sustituir a los deficientes y dañinos que deben desaparecer por completo.

Por eso, al visitar la DESTILERIA “UZHUPUD” y al ser recibidos amistosamente en ella, hemos sentido gran satisfacción al saborear algunos de sus excelentes productos, recordando y reconociendo la verdad de aquel viejo adagio de que, cuando se brinda en forma cordial un buen licor, en el fondo del vaso se transparenta la intensidad de un efecto sincero.

VICTOR MANUEL ALBORNOZ

0 comentarios:

Publicar un comentario