1923
“LA CRONICA”.- Cuenca.- Diario de la Mañana.- Formato 33 X 45, hasta el 9 de agosto de 1924, a contar de dicha fecha es el de X . Precio del número: 5 ctvs, hasta el 9 de agosto de 1924; desde entonces 10 ctvs.
Aparece el número primero de este periódico el día 21 de abril de 1.923. Es su Director y propietario Dn. Víctor. M. Albornoz.
Decano de los Diarios del Azuay, sigue desarrollando los propósitos que expuso en su primer editorial, donde, entre otros conceptos, se leen los siguientes:
“No sabemos si es oportuna la aparición de un nuevo periódico, aquí, donde la prensa abunda, a despecho de los inconvenientes de toda clase con que viene a estrellarse su desarrollo; pero cabe asegurar, cuando menos, que si nuestro esfuerzo bien intencionado tuviese realidad cumplida, no sería indigno del favor público.
Acostumbran los periódicos que se inician hacer gala y literatura de las esperanzas que les animan. Trazan de mano maestra gentiles arquitecturas, pues que la ilusión es hábil en dibujar lo que la mente concibe, pero olvidadiza en lo de cumplir promesas, y no cuentan con la vida, con la vida que hace su recorrido sin lengua que delate sus pasos y sin que fuerza alguna logre llevarla por donde guíe el capricho o mande el intento humano. ¿Quién podrá decir lo que va a realizar si a veces bastan soplos de brisa para deshacer voluntades de los que se creen ser con alma de acero? Toda promesa lleva trazas de engaño, pues que no hay como hacerla valedera. El tiempo hable de una obra, aunque pequeña, ya que la obra nada puede pedir al tiempo, mudo y arcano.
Sin embargo, qué afán de expresar lo que se siente, lo que se piensa, lo que se sueña, al emprender una labor. A punto de brotar en raudal, la palabra se detiene en los labios, temerosa de estampar lo bello de un propósito que, talvez, no acierte a trocarse sino en amarga desilusión.
Un nuevo periódico podrá ser, entre nosotros, elemento de sanidad moral y de opimo provecho, si es que acertase con el rumbo. Sirviendo bien al público, alejaría de sí ciertas luchas mezquinas de reducida bandería, y, prescindiendo de asuntos que casi siempre resultan personales, procuraría mantenerse en regiones a donde no llegasen la injuria ni el improperio; pero siempre en puesto alto, para no perder de vista la lucha de los otros que, necesariamente, van a caer en el estadio.
La información es asunto capital en un Diario. Hasta en las aguas quietas de la vida provinciana se turba en ocasiones el remanso, y no sería demás dar cuenta de ese escarceo. Tampoco deja de interesar lo que pasa al otro lado de las montañas, y es útil reflejarlo sobre nosotros, para establecer comparaciones o sacar enseñanzas.
Cualidad que, asimismo, no hay que poner en olvido es la de vulgarizar la cultura científica y literaria, acostumbrando al pueblo a que lea, a que se instruya, pero de manera fácil y amena.
En pocas palabras, el diario debe verlo todo y también contar todo lo que pueda interesar al lector. Alteza de miras, ecuanimidad de criterios, conciencia sin repliegues, corazón altivo, alma entusiasta y desinteresada son cualidades en las que debe sostenerse y afianzarse”.
VICTOR M. ALBORNOZ
T.A.V.(se editó hasta el 31 de Marzo de 1930).
“LA CRONICA”.- Cuenca.- Diario de la Mañana.- Formato 33 X 45, hasta el 9 de agosto de 1924, a contar de dicha fecha es el de X . Precio del número: 5 ctvs, hasta el 9 de agosto de 1924; desde entonces 10 ctvs.
Aparece el número primero de este periódico el día 21 de abril de 1.923. Es su Director y propietario Dn. Víctor. M. Albornoz.
Decano de los Diarios del Azuay, sigue desarrollando los propósitos que expuso en su primer editorial, donde, entre otros conceptos, se leen los siguientes:
“No sabemos si es oportuna la aparición de un nuevo periódico, aquí, donde la prensa abunda, a despecho de los inconvenientes de toda clase con que viene a estrellarse su desarrollo; pero cabe asegurar, cuando menos, que si nuestro esfuerzo bien intencionado tuviese realidad cumplida, no sería indigno del favor público.
Acostumbran los periódicos que se inician hacer gala y literatura de las esperanzas que les animan. Trazan de mano maestra gentiles arquitecturas, pues que la ilusión es hábil en dibujar lo que la mente concibe, pero olvidadiza en lo de cumplir promesas, y no cuentan con la vida, con la vida que hace su recorrido sin lengua que delate sus pasos y sin que fuerza alguna logre llevarla por donde guíe el capricho o mande el intento humano. ¿Quién podrá decir lo que va a realizar si a veces bastan soplos de brisa para deshacer voluntades de los que se creen ser con alma de acero? Toda promesa lleva trazas de engaño, pues que no hay como hacerla valedera. El tiempo hable de una obra, aunque pequeña, ya que la obra nada puede pedir al tiempo, mudo y arcano.
Sin embargo, qué afán de expresar lo que se siente, lo que se piensa, lo que se sueña, al emprender una labor. A punto de brotar en raudal, la palabra se detiene en los labios, temerosa de estampar lo bello de un propósito que, talvez, no acierte a trocarse sino en amarga desilusión.
Un nuevo periódico podrá ser, entre nosotros, elemento de sanidad moral y de opimo provecho, si es que acertase con el rumbo. Sirviendo bien al público, alejaría de sí ciertas luchas mezquinas de reducida bandería, y, prescindiendo de asuntos que casi siempre resultan personales, procuraría mantenerse en regiones a donde no llegasen la injuria ni el improperio; pero siempre en puesto alto, para no perder de vista la lucha de los otros que, necesariamente, van a caer en el estadio.
La información es asunto capital en un Diario. Hasta en las aguas quietas de la vida provinciana se turba en ocasiones el remanso, y no sería demás dar cuenta de ese escarceo. Tampoco deja de interesar lo que pasa al otro lado de las montañas, y es útil reflejarlo sobre nosotros, para establecer comparaciones o sacar enseñanzas.
Cualidad que, asimismo, no hay que poner en olvido es la de vulgarizar la cultura científica y literaria, acostumbrando al pueblo a que lea, a que se instruya, pero de manera fácil y amena.
En pocas palabras, el diario debe verlo todo y también contar todo lo que pueda interesar al lector. Alteza de miras, ecuanimidad de criterios, conciencia sin repliegues, corazón altivo, alma entusiasta y desinteresada son cualidades en las que debe sostenerse y afianzarse”.
VICTOR M. ALBORNOZ
T.A.V.(se editó hasta el 31 de Marzo de 1930).
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