Lo que hará inolvidable la conmemoración del centésimo quincuagésimo aniversario del nacimiento del Héroe epónimo de la Batalla del Pichincha es la emisión de sellos postales consagrados a glorificar su memoria mediante este medio, que viene a tener repercusión universal, al llevar a todas partes el homenaje que se le tributa en su país de origen.
Por decreto de 8 de Abril de 1954, el gobierno ecuatoriano ordenó que el 30 de Julio de este año se pongan en circulación sellos postales conmemorativos del nacimiento de Abdón Calderón, hecho que ocurrió en igual fecha hace siglo y medio, esto es, en 1804. El Poder Ejecutivo quiso honrar en esta forma no solo al personaje representativo del heroísmo nacional, sino también a la ciudad ilustre que le dio cuna, pues se dispuso que las estampillas circularan en Cuenca un día antes que en el resto de la República, usándose un matasello especial que otorga valor singular a las comunicaciones que lo llevan. El matasello consistió en un doble círculo con la inscripción CAPITAN ABDON CALDERON. Cuenca. Stbre. 30- 1954, dentro del cual están tres estrellas representativas de las insignias del grado militar del Héroe, una espada y una pistola, todo ello en tinta roja.
Las estampillas se imprimieron en España, en la ciudad de Vitoria y en las prensas de Heraclio Fournier, la emisión es pequeña—circunstancia que mas tarde la hará distinguir por la rareza de sus ejemplares-, pues solo consta de doscientos mil sellos, todos ellos dedicados al servicio aéreo, una mitad con el valor unitario de ochenta centavos y la otra con el de noventa. Los primeros, de color rojo, muestran la reproducción del cuadro “Glorificación de Calderón” y los segundos, de color azul, llevan la efigie del Héroe.
Sobre los dos motivos utilizados en las estampillas voy a dar algunos pormenores, que, no hay duda, interesarán a los que cultivan el extendido arte de la filatelia.
“GLORIFICACIÓN DE CALDERON” es un óleo de grandes dimensiones-2 x 2.40 metros- que en la actualidad se guarda en el Museo “Remigio Crespo Toral” de esta ciudad. Este cuadro fue pintado por el artista quiteño Don José Salas Salguero en el año de 1904, en que el Ecuador celebró jubilosamente el primer centenario del nacimiento de Calderón. En las fiestas organizadas con tal motivo en Quito –que alcanzaron gran solemnidad y en las que representó a Cuenca el notable patricio Don Manuel Jijón y Larrea-, se exhibió el óleo del señor Salas, obteniendo muchos encomios su autor por la destreza en la ejecución y en la intención patriótica que le guiara para concebir su obra.
El señor Salas quiso que su cuadro se conservara en la ciudad en que nació el Héroe, y en arranque magnífico de desprendimiento lo obsequió a la Municipalidad de Cuenca, remitiéndola a esta con una comunicación en la que, entre otros conceptos, emitía los siguientes: “Los hombres que nos han proporcionado Libertad y Patria deben ser objeto primordial de nuestros ensueños e ilusiones, de nuestra gratitud, amor y veneración. El Capitán Abdón Calderón es uno de esos beneméritos campeones de la Libertad y el Honor: su heroísmo, talento y pureza de costumbres deben servir de modelo a la juventud ecuatoriana. Estas mismas cualidades inspiráronme el cuadro alegórico de la muerte de nuestro héroe. Así es que, como pruebe de verdadero afecto hacia la inmortal Cuenca, cuna de grandes héroes y de grandes sabios, envío el cuadro que representa la apoteosis de nuestro Héroe Niño, que lo representé en esta ciudad (Quito) el 31 de Julio del presente año para contribuir de algún modo a la celebración del primer centenario de su nacimiento, y que espero será aceptado favorablemente por esa ilustre Corporación.” (Oficio del 7 de Noviembre de 1904. Archivo Histórico Municipal.)
La Municipalidad cuencana aceptó el generoso obsequio y para dar prueba de su agradecimiento galardonó al artista con una hermosa medalla de oro en la que se grabó la siguiente inscripción: “El Concejo Municipal de Cuenca a José Salas.- 1904”
La ciudad ha conservado con cariño la significativa ofrenda. Hoy se la conserva, como ya se ha hecho constar, en el Museo Municipal, en el que figura catalogado por su Director con el título de “GLORRIFICACION DEL CAPITAN ABDON CALDERON GARAICOA”, que es el mismo adoptado para la emisión del sello postal.
El otro motivo elegido para la emisión de las estampillas del valor de noventa centavos consiste en la efigie del Héroe.
Bien sabido es que no se conoce un retrato auténtico de Calderón, pues el único que conservaba sus verdaderos rasgos fisonómicos –por cierto, no tomados del natural, sino reproducidos a esfuerzos de la memoria—fue el que poseía su hermana, doña Mercedes Calderón Garaicoa: “era –expresa Don Juan Illingworth, casado con una nieta de la señora Ana Garaicoa de Villamil, que, a su vez, fue tía carnal del Héroe- un apintura al óleo, como de media vara de alto, que la familia estimaba como muy parecida al original; fue ejecutada en Quito, después de la grandiosa memorable batalla, por cariñoso acuerdo con la señora en cuya casa expiró el Héroe, la cual señora se lo envió a la madre, manifestándola que, en previsión de que no existiere retrato de su glorioso hijo, había querido obtener ese para ella.” Por desgracia, dicho retrato –del que nadie tubo la precaución de sacar copias—se perdió, consumido acaso por las llamas en uno de los grandes incendios que ha sufrido Guayaquil.
No poseyéndose, pues, un retrato auténtico de Calderón, se quiso que el que apareciera en el sello postal de 1954 no fuese tan arbitrario como el que apareció en una de las estampillas emitidas con motivo del centenario del nacimiento en 1904, en la que el Héroe se muestra luciendo grandes bigotes y con aspecto de hombre maduro, sin tomar en cuenta que Calderón murió solo de diez y siete años de edad.
Queriendo evitar los errores anteriores y en el afán de acercarse en lo posible a la verdad, se tomaron dos medidas: obtener un retrato auténtico de una hermana de Abdón Calderón y estudiar todos los que hasta ahora se han producido como si fueran del Héroe.
La Alcaldía de Cuenca y el autor de esta crónica se valieron del señor Concejal Don Miguel Malo González, siempre entusiasta en toda empresa de patriotismo, para obtener de alguno de los descendientes de la familia del Prócer la imagen de doña Baltasara Calderón Garaicoa, hermana de Abdón, esposa de Don Vicente Rocafuerte y la mujer mas ilustre que hasta hoy a producido Cuenca. Fue el distinguido historiógrafo Don Pedro Robles Chambers quien proporcionó el retrato de tan benemérita dama, pudiendo así procederse a los exámenes y deducciones del caso.
Después de detenido estudio, se llegó a la conclusión de que los rasgos fisonómicos del retrato de Doña Baltasara coincidían en cierto modo con los que se veían en un óleo de Abdón que se conserva en el Casino de Oficiales del Cuartel de Artillería de esta ciudad, sabiéndose que también existen otros semejantes a estén varias reparticiones de Ejército en diferentes lugares de la República y que, además, el Ministerio de Defensa Nacional—antes Ministerio de Guerra—usó dicho retrato en las publicaciones desde hace cosa de treinta años. Atendidas tales circunstancias, se adoptó para las estampillas esta efigie, que en adelante será considerada como la oficial del Héroe del Pichincha.
Por causas que aquí no toca analizar, los dos sellos postales a que vengo haciendo referencia no circularon, como se había dispuesto, en la fecha exacta en que se conmemoró el sesquicentenario del nacimiento de Calderón , sino dos meces después, esto es el 30 de Septiembre último. En ese día, la Municipalidad Cuencana cumplió su deber asociándose a la glorificación de uno de sus hijos mas excelsos mediante la edición de lo que en lenguaje filatélico se llama “Tarjetas Máximas”, las que, en tamaño mayor, llevan los motivos empleados en las estampillas: en este caso, la efigie del Héroe y el cuadro conocido con el nombre de “Glorificación del Capitán Abdón Calderón Garaicoa”.Estas tarjetas están siendo muy apetecidas por los coleccionistas, porque no llegaron a entregarse al público sino en número reducido, que apenas alcanzan a algo mas de cien de cada una de ellas. Igual cosa acaece con los sobres conmemorativos que asimismo se emitieron con una bella ilustración ejecutada por el reputado artista Don Marco Sánchez.
El Museo Municipal “Remigio Crespo Toral”, en esta oportunidad editó también dos Tarjetas Postales conmemorativas del acontecimiento, las que van ilustradas con el facsímil de la partida bautismal de Abdón Senén Calderón Garaicoa y con la reproducción de la fotografía de la casa en que el Héroe nació. Estas Tarjetas se han repartido profusamente, de modo gratuito.
La partida bautismal se la guarda en el Archivo de la Iglesia Parroquial de El Sagrario de esta ciudad y se halla en perfecto estado de conservación.
La casa en que nación Calderón estaba situada frente al templo de San Agustín, en la extremidad sur-occidental en que hoy convergen la carrera “Simón Bolívar” y la calle “Antonio Borrero Cortázar”, lugar en el que funcionaba la Real Hacienda de Cuenca, de la que era Contador Don Francisco Calderón , padre de Abdón. La fotografía que reproduce la postal fue tomada poco antes de que, en el año de 1923, fuera derruida aquella casa, para construir en este sitio el edificio que ahora posee allí el Banco del Azuay.
Para concluir, debo manifestar que la emisión de los sellos postales conmemorativos del centésimo quincuagésimo aniversario del nacimiento de Calderón se debe en gran parte a la actividad e inteligentes gestiones desarrolladas por el señor don Manuel Valarezo, entusiasta Presidente de la Asociación Filatélica Ecuatoriana, con sede en Quito y la cual también puso en circulación el 1 de Octubre de este año –un día después que en Cuenca, como ordenaba el Decreto respectivo—un bien presentado Sobre conmemorativo, en el que, junto a la efigie del Héroe se lee la frase inmortal del Decreto de Bolívar:
“- ¡Capitán Abdón Calderón!
“¡Murió gloriosamente en Pichincha, pero vive en nuestros corazones!”
VICTOR MANUEL ALBORNOZ
Por decreto de 8 de Abril de 1954, el gobierno ecuatoriano ordenó que el 30 de Julio de este año se pongan en circulación sellos postales conmemorativos del nacimiento de Abdón Calderón, hecho que ocurrió en igual fecha hace siglo y medio, esto es, en 1804. El Poder Ejecutivo quiso honrar en esta forma no solo al personaje representativo del heroísmo nacional, sino también a la ciudad ilustre que le dio cuna, pues se dispuso que las estampillas circularan en Cuenca un día antes que en el resto de la República, usándose un matasello especial que otorga valor singular a las comunicaciones que lo llevan. El matasello consistió en un doble círculo con la inscripción CAPITAN ABDON CALDERON. Cuenca. Stbre. 30- 1954, dentro del cual están tres estrellas representativas de las insignias del grado militar del Héroe, una espada y una pistola, todo ello en tinta roja.
Las estampillas se imprimieron en España, en la ciudad de Vitoria y en las prensas de Heraclio Fournier, la emisión es pequeña—circunstancia que mas tarde la hará distinguir por la rareza de sus ejemplares-, pues solo consta de doscientos mil sellos, todos ellos dedicados al servicio aéreo, una mitad con el valor unitario de ochenta centavos y la otra con el de noventa. Los primeros, de color rojo, muestran la reproducción del cuadro “Glorificación de Calderón” y los segundos, de color azul, llevan la efigie del Héroe.
Sobre los dos motivos utilizados en las estampillas voy a dar algunos pormenores, que, no hay duda, interesarán a los que cultivan el extendido arte de la filatelia.
“GLORIFICACIÓN DE CALDERON” es un óleo de grandes dimensiones-2 x 2.40 metros- que en la actualidad se guarda en el Museo “Remigio Crespo Toral” de esta ciudad. Este cuadro fue pintado por el artista quiteño Don José Salas Salguero en el año de 1904, en que el Ecuador celebró jubilosamente el primer centenario del nacimiento de Calderón. En las fiestas organizadas con tal motivo en Quito –que alcanzaron gran solemnidad y en las que representó a Cuenca el notable patricio Don Manuel Jijón y Larrea-, se exhibió el óleo del señor Salas, obteniendo muchos encomios su autor por la destreza en la ejecución y en la intención patriótica que le guiara para concebir su obra.
El señor Salas quiso que su cuadro se conservara en la ciudad en que nació el Héroe, y en arranque magnífico de desprendimiento lo obsequió a la Municipalidad de Cuenca, remitiéndola a esta con una comunicación en la que, entre otros conceptos, emitía los siguientes: “Los hombres que nos han proporcionado Libertad y Patria deben ser objeto primordial de nuestros ensueños e ilusiones, de nuestra gratitud, amor y veneración. El Capitán Abdón Calderón es uno de esos beneméritos campeones de la Libertad y el Honor: su heroísmo, talento y pureza de costumbres deben servir de modelo a la juventud ecuatoriana. Estas mismas cualidades inspiráronme el cuadro alegórico de la muerte de nuestro héroe. Así es que, como pruebe de verdadero afecto hacia la inmortal Cuenca, cuna de grandes héroes y de grandes sabios, envío el cuadro que representa la apoteosis de nuestro Héroe Niño, que lo representé en esta ciudad (Quito) el 31 de Julio del presente año para contribuir de algún modo a la celebración del primer centenario de su nacimiento, y que espero será aceptado favorablemente por esa ilustre Corporación.” (Oficio del 7 de Noviembre de 1904. Archivo Histórico Municipal.)
La Municipalidad cuencana aceptó el generoso obsequio y para dar prueba de su agradecimiento galardonó al artista con una hermosa medalla de oro en la que se grabó la siguiente inscripción: “El Concejo Municipal de Cuenca a José Salas.- 1904”
La ciudad ha conservado con cariño la significativa ofrenda. Hoy se la conserva, como ya se ha hecho constar, en el Museo Municipal, en el que figura catalogado por su Director con el título de “GLORRIFICACION DEL CAPITAN ABDON CALDERON GARAICOA”, que es el mismo adoptado para la emisión del sello postal.
El otro motivo elegido para la emisión de las estampillas del valor de noventa centavos consiste en la efigie del Héroe.
Bien sabido es que no se conoce un retrato auténtico de Calderón, pues el único que conservaba sus verdaderos rasgos fisonómicos –por cierto, no tomados del natural, sino reproducidos a esfuerzos de la memoria—fue el que poseía su hermana, doña Mercedes Calderón Garaicoa: “era –expresa Don Juan Illingworth, casado con una nieta de la señora Ana Garaicoa de Villamil, que, a su vez, fue tía carnal del Héroe- un apintura al óleo, como de media vara de alto, que la familia estimaba como muy parecida al original; fue ejecutada en Quito, después de la grandiosa memorable batalla, por cariñoso acuerdo con la señora en cuya casa expiró el Héroe, la cual señora se lo envió a la madre, manifestándola que, en previsión de que no existiere retrato de su glorioso hijo, había querido obtener ese para ella.” Por desgracia, dicho retrato –del que nadie tubo la precaución de sacar copias—se perdió, consumido acaso por las llamas en uno de los grandes incendios que ha sufrido Guayaquil.
No poseyéndose, pues, un retrato auténtico de Calderón, se quiso que el que apareciera en el sello postal de 1954 no fuese tan arbitrario como el que apareció en una de las estampillas emitidas con motivo del centenario del nacimiento en 1904, en la que el Héroe se muestra luciendo grandes bigotes y con aspecto de hombre maduro, sin tomar en cuenta que Calderón murió solo de diez y siete años de edad.
Queriendo evitar los errores anteriores y en el afán de acercarse en lo posible a la verdad, se tomaron dos medidas: obtener un retrato auténtico de una hermana de Abdón Calderón y estudiar todos los que hasta ahora se han producido como si fueran del Héroe.
La Alcaldía de Cuenca y el autor de esta crónica se valieron del señor Concejal Don Miguel Malo González, siempre entusiasta en toda empresa de patriotismo, para obtener de alguno de los descendientes de la familia del Prócer la imagen de doña Baltasara Calderón Garaicoa, hermana de Abdón, esposa de Don Vicente Rocafuerte y la mujer mas ilustre que hasta hoy a producido Cuenca. Fue el distinguido historiógrafo Don Pedro Robles Chambers quien proporcionó el retrato de tan benemérita dama, pudiendo así procederse a los exámenes y deducciones del caso.
Después de detenido estudio, se llegó a la conclusión de que los rasgos fisonómicos del retrato de Doña Baltasara coincidían en cierto modo con los que se veían en un óleo de Abdón que se conserva en el Casino de Oficiales del Cuartel de Artillería de esta ciudad, sabiéndose que también existen otros semejantes a estén varias reparticiones de Ejército en diferentes lugares de la República y que, además, el Ministerio de Defensa Nacional—antes Ministerio de Guerra—usó dicho retrato en las publicaciones desde hace cosa de treinta años. Atendidas tales circunstancias, se adoptó para las estampillas esta efigie, que en adelante será considerada como la oficial del Héroe del Pichincha.
Por causas que aquí no toca analizar, los dos sellos postales a que vengo haciendo referencia no circularon, como se había dispuesto, en la fecha exacta en que se conmemoró el sesquicentenario del nacimiento de Calderón , sino dos meces después, esto es el 30 de Septiembre último. En ese día, la Municipalidad Cuencana cumplió su deber asociándose a la glorificación de uno de sus hijos mas excelsos mediante la edición de lo que en lenguaje filatélico se llama “Tarjetas Máximas”, las que, en tamaño mayor, llevan los motivos empleados en las estampillas: en este caso, la efigie del Héroe y el cuadro conocido con el nombre de “Glorificación del Capitán Abdón Calderón Garaicoa”.Estas tarjetas están siendo muy apetecidas por los coleccionistas, porque no llegaron a entregarse al público sino en número reducido, que apenas alcanzan a algo mas de cien de cada una de ellas. Igual cosa acaece con los sobres conmemorativos que asimismo se emitieron con una bella ilustración ejecutada por el reputado artista Don Marco Sánchez.
El Museo Municipal “Remigio Crespo Toral”, en esta oportunidad editó también dos Tarjetas Postales conmemorativas del acontecimiento, las que van ilustradas con el facsímil de la partida bautismal de Abdón Senén Calderón Garaicoa y con la reproducción de la fotografía de la casa en que el Héroe nació. Estas Tarjetas se han repartido profusamente, de modo gratuito.
La partida bautismal se la guarda en el Archivo de la Iglesia Parroquial de El Sagrario de esta ciudad y se halla en perfecto estado de conservación.
La casa en que nación Calderón estaba situada frente al templo de San Agustín, en la extremidad sur-occidental en que hoy convergen la carrera “Simón Bolívar” y la calle “Antonio Borrero Cortázar”, lugar en el que funcionaba la Real Hacienda de Cuenca, de la que era Contador Don Francisco Calderón , padre de Abdón. La fotografía que reproduce la postal fue tomada poco antes de que, en el año de 1923, fuera derruida aquella casa, para construir en este sitio el edificio que ahora posee allí el Banco del Azuay.
Para concluir, debo manifestar que la emisión de los sellos postales conmemorativos del centésimo quincuagésimo aniversario del nacimiento de Calderón se debe en gran parte a la actividad e inteligentes gestiones desarrolladas por el señor don Manuel Valarezo, entusiasta Presidente de la Asociación Filatélica Ecuatoriana, con sede en Quito y la cual también puso en circulación el 1 de Octubre de este año –un día después que en Cuenca, como ordenaba el Decreto respectivo—un bien presentado Sobre conmemorativo, en el que, junto a la efigie del Héroe se lee la frase inmortal del Decreto de Bolívar:
“- ¡Capitán Abdón Calderón!
“¡Murió gloriosamente en Pichincha, pero vive en nuestros corazones!”
VICTOR MANUEL ALBORNOZ
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