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EL NUEVO MANDATARIO DEL PAIS

Author: Teodoro Albornoz /

Lacerada de miserias, la Patria se agita a impulsos de su mismo dolor. Le convulsiona la angustia de sentir que un morbo incurable le roe las entrañas; le atormenta la repetida visión de la fatídica romería de mandatarios que han ido, uno tras otro, descargando sobre ella cruentos ramalazos de iniquidad.

A cada período presidencial ha puesto una sonrisa, esperanzada de mejora, y, cada vez, la desilusión vino con su cortejo de ruindades: en veces, argollas estériles, en que los dirigentes practican algo así como un torpe maltusianismo que impide todo engendro de bondad y excelencia.

Y hoy se está en otra hora de ilusión. En un paréntesis de espera. En una interrogación que se abre ante la mudez esfíngica del Tiempo. Un nuevo personaje asoma, portador de la cuchilla clínica que salvado del puñal siniestro que alevoso mata. Nadie sabe de su actitud ya que ella nunca pudo aparecer en la farsa de los manifiestos o programas políticos del aspirante a un puesto, en que suele fracasar la mas encumbrada ideología para dar paso a la oscura y siniestra realidad de los hechos.

Herbolarios que adivinen su mal y le den la tisana para convalecer, eso quiere hoy la Patria. No charlatanes de feria, que envuelvan las llagas en promesas o anestesien las heridas con el soporífero de la palabra que miente y engaña.

El nuevo presidente debe hallar su sustentáculo en el predomino absoluto de la Ley que rige en paz y con blandura. No en la fuerza-,que ya dijo Ortega y Gasset que, si mandar es sentarse, no hay postura mas incómoda para ello que hacerlo sobre las bayonetas.

El ciudadano que acaba de ser ungido para el primer puesto de la República, debe saber, ante todo, que para curar los males de la Patria solo queda un remedio: la helioterapia política para darle la vida que le falta, bañándola en sol de justicia, de democracia y de libertad.


VICTOR MANUEL ALBORNOZ

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