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LA MADRE GUACAMAYA

Author: Teodoro Albornoz /

El 6 de Diciembre de 1945, “LA VOZ DE LONDRES” transmitió por radio una dramatización con el título de la MADRE GUACAMAYA , inspirada, según indicó, en 2 “Leyendas de los indígenas del Perú y México” por Luis Heen, obra editada en Londres. Al oírla, apunté la forma como se desarrollaba la leyenda, tomando especial empeño en reproducir fielmente los nombres que figuran en ella. He aquí mis apuntes:

Cansados los dioses de soportar la maldad de los hombres, quieren castigarlos y envían el diluvio.

Llueve incesantemente. Los hombres, las fieras, todos los seres huyen.

Dos hermanos del valle de Cañar, llamados Cúntur y Cañarí, oyeron una voz misteriosa que les mandaba que huyeran hacia el monte Huaracán, a cuya cumbre ascendieron después de muchos y desesperados esfuerzos. Cuando el agua estaba ya cerca de la cima, dejó de llover, salvándose así los hermanos y una pareja de cada uno de los animales existentes, los cuales se habían también refugiado en la cima.

Cuando vieron que las tórtolas iban y venían del valle, los dos hermanos también descendieron y en el valle de Cañar, junto a un río, formaron su casa. Se alimentaban únicamente de las raíces que comenzaban a brotar en la tierra; pero un día, al regresar a su casa, hallaron en ella comida guisada y chicha que beber, lo que se repitió en los días siguientes.

Al décimo día, Cúntur decidió esconderse en los matorrales para averiguar quien les proporcionaba la comida. De improviso, oyó un batir de alas y luego vio a dos guacamayas, mejor dicho a dos mujeres con alas de guacamaya, que eran las que traían la comida. Al llamarlas Cúntur desaparecieron las dos mujeres—que eran tan hermosas que semejaban al iris- y durante diez días no volvieron.

Al décimo día de la fuga de las mujeres guacamayas, estaban los hermanos muertos de hambre y deseosos que esos seres misteriosos volvieran, cuando, efectivamente, las vieron entrar en su casa.

Cañarí logró apresar a Torito y como ella correspondió a sus amores tuvieron seis hijos y seis hijas, de los cuales provienen los cañaris.

Agua –la otra mujer- guacamaya- se presentó voluntariamente. Cúntur se enamoró de ella, se enlazaron y de allí descienden los indios nómades.


VICTOR MANUEL ALBORNOZ CABANILLAS

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